Carta en Memoria de nuestra Antigua Alumna Chelita Garrido-Lestache y su fuerte vínculo de amistad marcado por el colegio
El Bérriz trajo a Chelita a nuestras vidas. Llegó nueva en 6º de E.G.B, no había acabado el primer día y ya supimos que era una más en nuestra pandilla. Marta, Carlota, Leticia y yo tuvimos la suerte de conocerla con 12 años y mantener la amistad más de cuarenta años después.
Chelita era alegría pura, divertida, simpática, extrovertida, pero sobre todo, buena persona. Una amiga de verdad, de las que siempre estaban, con la que se podía contar en los malos momentos, alguien a quien querías a tu lado, una compañera de vida.
Fue muy feliz en el colegio, no era la mejor estudiante del mundo pero llevaba con humor algún que otro suspenso. Fuimos muy felices todas, en los recreos, en las clases, en la capilla, en el comedor, en el salón de actos. El Bérriz, aquellos años, era un colegio pequeño y familiar, donde conocíamos a todas las profesoras, el genio y carácter de cada una, las más amables, las más duras, pero todas cercanas, siempre pendientes. Tantas risas, tantos momentos únicos, tanta enseñanza!!
A cada una nos marcó de una manera diferente pero todas salimos con un sello de allí, con una educación y valores que hemos intentado mantener, transmitir a nuestros hijos, hacerlos presentes en nuestro proyecto de vida.
El Bérriz nos unió y aquí seguimos, sin Chelita físicamente pero sí espiritualmente.
Fue un ejemplo en su enfermedad, la vivió tal y como era ella, sin dramas, sin quejas, dando gracias a Dios por cada día que pasaba. Que gran ejemplo para esa maravillosa familia que formó con Miguel y sus cuatro hijos que adoraba, para su madre y hermanas, para nosotras, sus amigas del alma que aprendimos tanto a su lado.
Desde aquí, en mi nombre y en el de Carlota, Leticia y Marta quiero dar GRACIAS a Dios y a nuestro querido colegio Bérriz por haber hecho posible que la hayamos tenido tantos años con nosotros. Nunca la olvidaremos!
Natalia Ochoa